La desnutrición en sus diversas
formas es la más común de las enfermedades. Sus causas se deben en general a
deficientes recursos económicos o a enfermedades que comprometen el buen estado
nutricional. Según el manual internacional de clasificación de enfermedades es
una complicación médica posible pero que puede prevenirse y que tiene impacto
muy importante sobre el resultado de los tratamientos.
Hoy en día la desnutrición es
aceptada como un factor común en la práctica clínica que tiene como
consecuencias un aumento en el tiempo de estancia hospitalaria, morbilidad y
mortalidad en los pacientes hospitalizados, debido al alto riesgo de
complicaciones como infecciones, flebitis, embolismo pulmonar, falla
respiratoria, baja cicatrización de heridas y fístula que estos sufren. Como
consecuencia, la estancia hospitalaria y los costos de la terapia se
incrementan significativamente.
La desnutrición es una enfermedad
causada por una dieta inapropiada, hipocalórica e hipoproteica. También puede
ser causada por mala absorción de nutrientes como en la anorexia. Tiene
influencia en los factores sociales, psiquiátricos o simplemente patológicos.
Ocurre principalmente entre individuos de bajos recursos y principalmente en
niños de países subdesarrollados.
La diferencia entre esta y la
malnutrición, es que en la desnutrición existe una deficiencia en la ingesta de
calorías y proteínas, mientras que en la malnutrición existe una deficiencia,
exceso o desbalance en la ingesta de uno o varios nutrientes que el cuerpo necesita
(vitaminas, hierro, yodo, calorías, etc.)
En los niños la desnutrición puede
comenzar incluso en el vientre materno. Las consecuencias de la desnutrición
infantil son:
Niños de baja estatura, pálidos, delgados, muy
enfermizos y débiles, que tienen problemas de aprendizaje y desarrollo
intelectual. Mayores posibilidades de ser obesos de adultos. Las madres
desnutridas dan a luz niños desnutridos y las que padecen anemia o
descalcificación tienen más dificultades en el parto con niños de bajo peso.